Posibilidades de una gran guerra en el frente libanés
Sin subestimar la importancia del papel desempeñado por todos los partidos del eje de resistencia a la hora de proporcionar apoyo y asistencia militar al movimiento Hamas, se puede decir que el papel del Hizbullah libanés en particular fue decisivo a la hora de determinar el rumbo que tomó el conflicto.
El conflicto con la entidad sionista tiene su propia dinámica, que varía de una ronda a otra, dependiendo de los factores que llevaron a su estallido y de los motivos de las partes que quieren o se ven obligadas a participar en él.
Dado que el movimiento Hamas inició la actual ronda de conflicto armado con la entidad sionista, cuando lanzó la operación del Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre pasado, con una decisión unilateral que no estuvo precedida de consulta con ninguno de sus aliados potenciales, incluidos los líderes de las organizaciones de la Resistencia palestina en la Franja de Gaza, la lógica exigía que el conflicto siguiera abierto entre sus dos partes directas, es decir, entre el movimiento Hamas, por un lado, y la entidad sionista, como ya ocurrió en rondas anteriores.
Sin embargo, múltiples factores impulsaron a muchas otras partes, algunas de ellas completamente inesperadas, a participar en esta ronda, lo que contribuyó a convertirla en un conflicto entre dos ejes: el primero liderado por la entidad sionista, con participación de los países occidentales que la apoyan, y el segundo liderado por Hamas, y en el que participan todas las organizaciones de la Resistencia y sus movimientos en la región.
Entre estos factores: la magnitud del logro cualitativo y sin precedentes logrado por la operación del Diluvio de Al-Aqsa, por un lado, y la naturaleza de la reacción esperada de la entidad sionista, por el otro, y el rápido apoyo ilimitado militar y político de Estados Unidos y los países occidentales a la entidad sionista.
Sin subestimar la importancia del papel desempeñado por todas las partes del eje de Resistencia a la hora de proporcionar apoyo y asistencia militar al movimiento Hamas, se puede decir que el papel del Hizbullah libanés en particular fue decisivo a la hora de determinar el rumbo que tomó el conflicto en esta ronda en particular, y tendrá enormes repercusiones en el futuro de la región en su conjunto.
Hizbullah fue el primero en iniciar una intervención militar para apoyar a Hamas, al siguiente día del estallido del Diluvio de Al-Aqsa. A pesar de la complejidad de la situación interna en Líbano, que constituía una restricción importante a los movimientos y cálculos de Hizbullah, la claridad de su visión estratégica sobre la naturaleza del conflicto con la entidad sionista le hizo comprender inmediatamente que el logro cualitativo alcanzado por Hamas en la Batalla del Diluvio de Al Aqsa, exigiría una respuesta firme y poco convencional por parte de la entidad, y sus secuelas no se limitarán solo a Hamas o la Franja de Gaza, sino que se extenderán a toda la región.
Por tanto, creo que Hizbullah construyó sus cálculos sobre la base de que, si la entidad era capaz de destruir a Hamas y eliminarlo, militar y políticamente, de la ecuación del conflicto, como es su objetivo desde el primer momento de la guerra, esto le permitirá no sólo avanzar en el camino hacia la liquidación de la causa palestina, sino también provocar un grave desequilibrio en las ecuaciones de poder en la región.
En otras palabras, se puede decir que la decisión de Hizbullah de intervenir militarmente y de manera rápida, el día posterior al inicio de la contienda se inscribe en el marco de una guerra preventiva, destinada a debilitar a la entidad e impedirle tomar la iniciativa en la gestión del conflicto. Cabe señalar aquí que Hizbullah decidió que el patrón de su intervención sería cuidadosamente calculado, de modo que fuera disciplinado y eficaz al mismo tiempo.
Es una intervención que quiere ser controlada, porque se lleva a cabo bajo un límite específico, sin permitirle llegar a una guerra total que él no quiere, pero al mismo tiempo es efectiva en términos de aliviar la presión sobre los movimientos armados de Resistencia palestina en la Franja de Gaza, lo cual logró hacer excelentemente.
A lo largo de casi nueve meses, Hizbullah pudo lanzar dolorosos ataques militares contra la entidad sionista, que incluyeron el derribo de un globo estratégico Skydew, dedicado a detectar y advertir de posibles amenazas en una zona de operaciones muy amplia, que sus componentes se ensamblaron dentro de un globo gigante durante años de cooperación entre Estados Unidos e "Israel", y se dice que es uno de los más grandes de su tipo en el mundo.
Estos ataques también incluyeron el derribo de varios drones costosos y tecnológicamente avanzados, especialmente el Hermes 900, y la destrucción de muchas bases militares y equipos de vigilancia y espionaje adyacentes a la zona fronteriza con Líbano, a una profundidad de no menos de 10 km, lo cual provocó el desplazamiento de aproximadamente 200 mil colonos.
Al mismo tiempo, el ejército de la entidad se vio obligado a mantener varias de sus divisiones especializadas en la frontera con Líbano, en previsión de cualquier escalada repentina en este frente. Si sumamos al esfuerzo militar diario emprendido por Hizbullah en el frente norte, el esfuerzo militar naval emprendido por Ansar Allah (en Yemen) para impedir que los barcos se dirijan al puerto de Eilat, y el esfuerzo militar llevado a cabo por la Resistencia Iraquí en otros frentes, nos resulta claro que la guerra en la Franja de Gaza se ha convertido prácticamente en una verdadera guerra de desgaste para la entidad sionista, ahora enfrentada a una situación de la que busca una salida, donde la escalada en el frente libanés podría ser una forma de escapar de ella.
Múltiples informes de los medios de comunicación árabes, sionistas, estadounidenses y europeos, publicados durante las últimas dos semanas, indicaron que la entidad sionista se está preparando para lanzar una guerra integral contra Líbano. De hecho, algunos de estos informes indican que esa decisión ya se ha tomado y los movimientos a nivel diplomático son meros intentos destinados a mejorar las condiciones regionales y globales para asegurar que se alcancen los objetivos de tal guerra, que son esencialmente alejar a Hizbullah más allá del río Litani.
Dado que la mayoría de estos informes fueron acompañados por múltiples líderes militares y políticos sionistas cuyas declaraciones no sólo incitaban a la guerra contra Hizbullah, sino que también prometían devolver a Líbano a la Edad de Piedra, algunos observadores comenzaron a promover la inevitabilidad de la opción bélica, especialmente después de que informes publicados por medios de comunicación fiables confirmaran que la administración Biden no sólo dará luz verde a la entidad sionista para lanzar esta guerra, sino que también estará a su lado si estalla, pues responsabiliza a Hizbullah por el fracaso de la reciente misión realizada por Amos Hochstein, enviado especial de Biden a Líbano, durante la cual buscó lograr la calma en el frente libanés, e intentar separarlo de la guerra que se desarrolla actualmente en la Franja de Gaza.
De hecho, si recurrimos únicamente a cálculos racionales, llegaremos a la conclusión de que es más probable excluir la opción de la guerra en el frente libanés, por múltiples razones, la primera de las cuales es: la posesión de un enorme poder de fuego por parte de Hizbullah, que le permite infligir una destrucción sin precedentes a las capacidades militares y económicas y a la infraestructura de la entidad sionista, lo que significa que la destrucción no se limitará únicamente a Hizbullah o al Líbano, sino que será mutua en ambos lados de la confrontación. Fuentes israelíes indican que Hizbullah podrá lanzar diariamente de 2.500 a 3.000 cohetes de diversos tipos y calibres.
Segundo: La dificultad de creer en los informes de los medios que confirman que la entidad sionista ha recibido luz verde estadounidense para librar una guerra contra Hizbullah, especialmente porque la posibilidad de que se convierta en una guerra regional integral no sólo es posible, sino también probable. Debido a que la administración Biden se enfrenta a un grave estancamiento en el frente de guerra en Ucrania y, al mismo tiempo, a un grave desafío estratégico en el frente del conflicto en el Mar de China Meridional, sería extremadamente tonto permitir que estallara una guerra total en una región en la que tiene enormes intereses, que sin duda quedarán expuestos a graves peligros, y hay múltiples bases militares estadounidenses allí, que sin duda serán vulnerables a una destrucción parcial o total, especialmente si Irán se convierte en parte directa en esta guerra.
Tercero: La ausencia de cualquier visión para la etapa posterior “al día siguiente de la guerra”, ni en la Franja de Gaza ni en el sur del Líbano, también el regreso de la entidad a ocupar tanto de la Franja de Gaza como del sur del Líbano, a la luz de las actuales ecuaciones regionales e internacionales, es una imaginación completamente loca , ya que ningún gobierno sionista, por arrogante que sea, podrá afrontar todos sus efectos o repercusiones.
Alguien podría decir que es difícil someter las acciones de la entidad sionista, especialmente en la etapa actual, a cualquier tipo de cálculo racional, y esta es una afirmación correcta. Es una entidad actualmente dirigida por un gobierno extremadamente racista y extremista, que cree que posee las herramientas de poder y superioridad tecnológica que le permiten aplastar a sus enemigos en todos los frentes, incluso si se ve obligado a utilizar armas nucleares contra ellos.
Por lo tanto, es prudente no descartar la adopción de cualquier medida, por desviada que sea, incluida la posibilidad de librar una guerra integral contra el Líbano. Es cierto que tal paso parece completamente improbable, según cualquier cálculo racional, pero la lógica dicta que todas las partes árabes e islámicas actualmente involucradas en el conflicto con la entidad sionista deben estar preparadas para enfrentar tal posibilidad, no sólo porque es una entidad que ha perdido el sentido, sino también porque dar ese paso podría acelerar su fin.