¿Qué sigue después de alcanzar un acuerdo para detener la guerra en Gaza?
Como Hamas temía y teme la traición de Netanyahu, era natural exigir garantías para vincular de manera orgánica las tres etapas del acuerdo y la necesidad de trabajar para que las negociaciones complementarias sean exitosas antes de comenzar a implementar la segunda etapa del acuerdo.
Muchos indicios apuntan a que las negociaciones en curso para poner fin a la guerra de exterminio masivo que el régimen sionista lleva a cabo en la Franja de Gaza desde el 8 de octubre de 2023 entraron en una fase decisiva.
Es cierto que, al momento de escribir estas líneas, aún no llegó un acuerdo final. Sin embargo, no sería sorprendente que el anuncio oficial entre las partes involucradas ocurra antes de que el lector termine de leer este texto.
Dado que en las últimas horas algunos medios de comunicación empezaron a difundir un borrador preliminar del acuerdo esperado, puede resultar útil resumir primero los aspectos más destacados de este antes de proceder a analizarlo.
El acuerdo consta de tres fases, cada una con una duración de 42 días. No obstante, puede considerarse un acuerdo incompleto, aún en construcción.
Solo la primera fase puede calificarse de definitiva, ya que contiene todos los detalles, especialmente en lo referente a las áreas de retirada de las fuerzas israelíes, el calendario para el intercambio de prisioneros y detenidos, así como el volumen y tipo de ayudas humanitarias a destinar a las diferentes zonas.
Las fases segunda y tercera, en cambio, están limitadas a líneas generales, principios y directrices dejados deliberadamente abiertas a negociaciones adicionales. Estas conversaciones deberán comenzar durante la primera fase de implementación del acuerdo y concluir antes del inicio de la segunda fase.
Dado que Hamas teme, con razón, que Netanyahu pueda traicionarlos —al intentar recuperar a todos los prisioneros israelíes sin comprometerse a un cese al fuego definitivo—, era natural exigir garantías que vincularan orgánicamente las tres fases del acuerdo.
Además, Hamas insistió en la necesidad de completar las negociaciones complementarias antes de proceder a la segunda fase del acuerdo, lo cual parece haber conseguido.
La primera fase del acuerdo propuesto incluye:
-Una suspensión temporal de las operaciones militares por ambas partes, con la retirada de las fuerzas israelíes de todas las zonas residenciales a áreas adyacentes a la frontera en distintas partes de la Franja de Gaza.
-El retorno de los desplazados a sus hogares.
-La entrada de al menos 600 camiones diarios de ayuda humanitaria al territorio, incluido 300 camiones destinados al norte de Gaza y 50 camiones con combustible, incluido el necesario para operar la planta generadora de electricidad, equipos para la remoción de escombros, y la rehabilitación y reapertura de hospitales, centros de salud y panaderías en todas las áreas del territorio.
-La liberación de 33 menores de 15 años, ancianos y mujeres (incluidas soldados femeninas israelíes) a cambio de 30 prisioneros palestinos por cada civil y 50 por cada soldado israelí capturado.
-El inicio de negociaciones indirectas sobre los términos de implementación de la segunda fase del acuerdo, con una fecha límite para su inicio en el día 16 y su finalización antes del final de la quinta semana.
-Las partes garantes están comprometidas a asegurar que estas negociaciones ocurran hasta alcanzar un acuerdo definitivo sobre todos los puntos en discusión.
La segunda fase establece:
-El anuncio de una tregua permanente la cual implique el cese definitivo de las operaciones militares y todas las actividades hostiles, y deberá entrar en vigor antes de iniciar cualquier intercambio de prisioneros y detenidos correspondiente a esta fase.
-La liberación de todos los hombres israelíes supervivientes capturados, ya sean soldados o civiles, a cambio de un número acordado de prisioneros palestinos en cárceles israelíes.
-La retirada total de las fuerzas israelíes fuera de los límites de la Franja de Gaza.
La tercera y última fase incluye:
-El intercambio de restos y cadáveres de ambas partes tras su identificación.
-La implementación de un plan de reconstrucción y compensación a los afectados con una duración de entre tres y cinco años, supervisado por varios países y organizaciones, entre ellos Egipto, Qatar y Estados Unidos.
-La apertura de todos los pasos fronterizos y la garantía de libertad de movimiento de personas y mercancías.
Este acuerdo refleja una serie de realidades que pueden resumirse así:
Primero: Es casi una réplica de la propuesta anunciada por Biden en mayo pasado, basada en sugerencias israelíes, aunque Netanyahu saboteó dicha propuesta cuando Hamas expresó su disposición inicial a aceptarla.
Tras no lograr el "triunfo absoluto" buscado durante la guerra, el acuerdo parece responder en su mayoría a las demandas de Hamas. Además, es fruto de una lucha heroica que implicó sacrificios inmensos por parte del pueblo palestino y otras facciones de la resistencia.
Segundo: Su implementación, asumiendo la buena fe de todas las partes, tomará más de cuatro meses.
Este periodo permitirá recuperar fuerzas, analizar los acontecimientos, evaluar los errores y aciertos en las decisiones tomadas durante esta ronda de enfrentamientos armados.
Aunque Netanyahu podría intentar revertir el acuerdo y reanudar las hostilidades tras completar la primera fase —en especial si percibe que las reacciones resultantes no le favorecen o podrían amenazar su gobierno—, un movimiento de este tipo parece poco probable en el actual contexto de cambio en las dinámicas regionales e internacionales, particularmente tras la elección de una nueva administración estadounidense que se espera apoye sus objetivos estratégicos no alcanzados durante la guerra.
Tercero: Este acuerdo marca el cierre de una etapa crucial en el conflicto de la región. Aunque no resuelve un conflicto de más de un siglo, establece el final de una fase significativa de este enfrentamiento y confirma, con pruebas irrefutables, la imposibilidad de liquidar la causa palestina.
Además, sienta las bases para una nueva etapa encaminada a una solución justa y duradera al conflicto palestino, la única clave para la paz y la estabilidad en Medio Oriente. Lograr esta solución es más urgente que nunca.
Cuarto: La intervención de Trump en las negociaciones y su insistencia en alcanzar este acuerdo antes de asumir la presidencia, sugiere el interés de otras prioridades fuera de la región de Medio Oriente.
Está previsto que, durante la primera fase de su segundo mandato, su enfoque esté centrado en cuestiones internas, así como en temas internacionales relacionados con otras partes del mundo, como la crisis ucraniana y los desafíos derivados de la confrontación con China.
A la luz de lo anterior, puede afirmarse que el anuncio oficial sobre el acuerdo final para detener la guerra en la Franja de Gaza y el inicio de la implementación efectiva del acuerdo previsto llevará a la región a una dinámica de interacciones sin precedentes, las cuales podrían ser las más peligrosas en toda la historia de la zona.
Todas las partes involucradas están esforzadas por cumplir con los compromisos de la primera fase, lo cual generará una cuestión de suma importancia y urgente para todo el mundo árabe, y en particular para los palestinos: el cese de las operaciones de asesinato, persecución y hambre ejercito por el régimen sionista contra ese pueblo.
Esto, por tanto, podría salvar al pueblo palestino de un genocidio sistemático sufrido durante quince meses consecutivos.
Sin embargo, pueden surgir dificultades significativas en cuanto comiencen las negociaciones relacionadas con los términos de la segunda fase del acuerdo, incluido el cese permanente de fuego y la retirada definitiva de las fuerzas israelíes de la franja fronteriza adyacente a Gaza.
El régimen sionista insistirá en vincular el cese definitivo de fuego y la retirada total del sector a condiciones extremadamente difíciles, como exigir que Hamas no recupere el control de Gaza, solicitar la administración temporal del territorio por una autoridad árabe e internacional conjunta.
Aquí, está prevista la intervención de la administración Trump para dirigir las negociaciones complementarias para allanar el camino hacia la implementación del llamado Acuerdo del Siglo, no logrado durante su primer mandato.
Para hacer frente a los riesgos anticipados en las próximas semanas y meses, tanto los palestinos como los países árabes deberán comenzar a tomar una serie de medidas urgentes y a largo plazo de manera simultánea.
Respecto a los palestinos, deberán ponerse de acuerdo de inmediato sobre un mecanismo común y coherente para administrar Gaza tras el anuncio de un cese definitivo del fuego, en colaboración con los países árabes dispuestos a ayudar a lograr este objetivo.
Al mismo tiempo, deberán sentar las bases necesarias para la formación de un movimiento nacional unido, capaz de gestionar el conflicto con el proyecto sionista en la próxima fase, en la que insisten en la liquidación definitiva de la causa palestina.
En cuanto a los países árabes, deberán abstenerse completamente de entablar nuevos procesos de normalización con el régimen sionista y condicionar cualquier acción de este tipo a la creación de un Estado palestino independiente.
También deberán comenzar a establecer las bases para un diálogo serio con Irán y Turquía, con el fin de evitar los desastres derivados de involucrarse en conflictos sectarios que el enemigo sionista está decidido a avivar en todas partes de la región.