Palestina, el nombre de la victoria
A pesar del enorme dolor, hoy, entre los escombros generados por los bombardeos, la dignidad palestina resucita y festeja el alto al fuego al que la Resistencia armada obligó a "Israel".
Para quienes creían que lo iniciado por el pueblo palestino el 7 de octubre del 2023 era una utopía inalcanzable, allí están los resultados en función de los objetivos planteados. La Resistencia armada y la desobediencia civil o resiliencia llevada a cabo por millones de hombres, mujeres e infantes, ha desembocado en las últimas horas en una gran victoria contra el sionismo y su poder bélico.
Cuando el 7/10 comenzaron a conocerse los primeros comunicados de Hamas y el resto de las facciones palestinas, se decía bien claro que la Batalla del Diluvio de Al-Aqsa fijaba como prioridad la liberación de las y los prisioneros palestinos y el retiro de las tropas de ocupación. Todas y todos los combatientes que se embarcaron en esa patriada independentista sabían que no había retorno, que el levantamiento terminaría en "victoria o martirio", y desde esa premisa es, que aparte del rugir de las armas (en una batalla totalmente desigual) valía fundamentalmente el apego y la defensa de la tierra ancestral por parte de la población. Y esa conjunción es precisamente la que permite hoy hablar de un triunfo contra la coalición israelí-estadounidense, más todos sus aliados.
Era evidente que el enemigo sionista iba a responder con la brutalidad que lo hizo ante la ofensiva inicial de la Resistencia, pero lo que no calcularon los jerarcas de "Tel Aviv" es que el palestino es un pueblo heroico, decidido, paciente y convencido que al pelear por una causa más que justa, iba a doblegar a quienes lo hacen por la perversidad de acumular más poder y el ansia criminal que terminó provocando el genocidio de decenas de miles de civiles palestinos. Pero a pesar de ese enorme dolor, hoy, entre los escombros generados por los bombardeos, la dignidad palestina resucita y festeja el alto al fuego al que la Resistencia armada obligó a "Israel". En ese mismo escenario surgió la negociación impuesta desde Gaza, logrando el gran objetivo de liberar presos y presas que se hallan en campos de exterminio al estilo de la Alemania nazi.
En ese punto, de lo que significó el canje de prisioneros, a nadie se le debería escapar el detalle de como salieron libres unos y otros. Mientras las tres jóvenes israelíes que durante un año y medio han estado custodiadas por milicianos de la Resistencia, soportando los bombardeos permanentes de quienes -pretendían rescatarlas- fueron devueltas intactas, sonrientes, como si vinieran de una reunión familiar o una fiesta. Y ese es uno de los elementos que hace honorables a unos y perversos asesinos a otros, en este caso, los esbirros del ejército judío. Las tres liberadas pudieron ver con sus propios ojos cuanto apoyan a su Resistencia los pobladores de Gaza. No lograron ni con mentiras ni con bombas, doblegar el orgullo que el pueblo palestino tiene por sus iguales que están en la primera línea del frente de batalla. Más aún, nadie podrá decir que esas jóvenes fueron torturadas, privadas de alimentos, arrojadas con violencia en calabozos mugrientos o mordidas por perros como se acostumbra en el Guantánamo israeli de SdeTeiman. Ya en anteriores oportunidades en que se efectuaron este tipo de canje, los relatos de quienes recuperaban su libertad dejaban claro que no habían sido maltratados.
En el otro andirivel ocurre todo lo contrario: desde horas antes que las prisioneras y niños palestinos fueran liberados, tropas del ejército sionista invadían sus viviendas, destruían todo lo que vieron a su paso y advertían a los familiares que no querían "festejos", generando un clima de terror para amargar la alegría de recuperar a sus seres más queridos que volvían del horror. Sin embargo, nadie dio un paso atrás y cuando las y los prisioneros palestinos finalmente ganaron la calle, el pueblo les dio una bienvenida inolvidable. Abrazos, llantos, el ruido de los tambores y las gaitas, el agitar orgulloso de la bandera palestina. Todo ello entre vivas a la Resistencia y dando gracias a Dios por el regreso tan esperado. En los rostros y cuerpos de esos hombres y mujeres que por primera vez en meses o años podían reunirse con su pueblo, estaban las huellas de la tortura, los golpes bestiales, los simulacros de fusilamiento, o las marcas de las dentelladas de los perros. Ejemplo de esto, es el caso de la heroína palestina Khalida Jarrar, quien en su mirada refleja todo el maltrato y torturas recibidas.
De esta manera quedan testimoniadas dos éticas totalmente diferentes. Para el criminal de guerra Netanyahu y su círculo de muerte, torturar y asesinar es indispensable para mantenerse en el poder. Para quienes abrazan la causa palestina, la victoria nace de la boca de sus fusiles pero también de su concepción humanitaria, solidaria y fraternal, valiente y llena de amor por sus hermanos en la lucha. Para ellos y ellas, la paz es posible solo si el invasor abandona sus territorios, libera a los miles de prisioneros que aún quedan en las cárceles y se produce la vuelta de ciento de miles de desterrados.
Gloria y honor al pueblo palestino. Máximo respeto y admiración al recuerdo de quienes fueron asesinados y encarcelados por luchar.